CARACTERÍSTICAS - HISTORIA - TRADICIÓN GRAFICA JAPONESA
LA PRENSA SATÍRICA OCCIDENTAL - LOS PRIMEROS MANGAS INFANTILES
NACIMIENTO DEL MANGA MODERNO - EL AUGE DEL MANGA
LA EXPANSIÓN INTERNACIONAL - EXPORTACIONES
INFLUENCIA FUERA DE JAPÓN - LA INDUSTRIA DEL MANGA
Introducción al Manga
Hoy en día, el manga es la
tradición de historieta más influyente del mundo y constituye una parte
importantísima del mercado editorial del país. El manga abarca todos los
géneros y llega a todos los públicos, motivando además adaptaciones a distintos
formatos: series de dibujos animados, conocidas como anime, o de imagen real,
películas, videojuegos y novelas.
Hokusai Katsushika, un
representante del ukiyo-e, acuñó el término manga combinando los kanji
correspondientes a informal (漫 man) y dibujo (画 ga). Los japoneses llaman también al manga «imágenes
insignificantes», pues compran al año más de mil millones de volúmenes en
blanco y negro, impresos en papel barato. Los leen en todas partes: en los
trenes de cercanías, en las salas de espera y en los parques. Cada semana se
editan nuevas entregas, al más puro estilo del folletín, protagonizadas por
héroes cuyas aventuras seducen a los lectores durante años.
Características distintivas
A diferencia de las otras dos
grandes escuelas de historieta (la franco-belga y la estadounidense), en el
manga las viñetas y páginas se leen de derecha a izquierda, al igual que en la
escritura tradicional japonesa. El más popular y reconocido estilo de manga
tiene también otras características distintivas, muchas de ellas por influencia
de Osamu Tezuka, considerado el padre del manga moderno.
Scott McCloud señala, por ejemplo,
la tradicional preeminencia de lo que denomina efecto máscara, es decir la
combinación gráfica de unos personajes caricaturescos con un entorno realista,
como también sucede en la línea clara. En el manga es frecuente, sin
embargo, que se dibujen de forma más realista alguno de los personajes u
objetos (éstos últimos para indicar cuando sean necesario sus detalles).
McCloud detecta también una mayor
variedad de las transiciones entre viñetas que en los comics occidentales, con
una presencia más sustancial del tipo que denomina "aspecto a
aspecto", en la que el tiempo no parece avanzar.
También hay que destacar el gran
tamaño de los ojos de los personajes, más propio de individuos occidentales que
japoneses, y que tiene su origen en la influencia que sobre Osamu Tezuka
ejerció el estilo de la franquicia Disney.
A pesar de ello, el manga es muy
variado y no todas las historietas son asimilables a las más popularizadas en
Occidente, abordando de hecho todo tipo de estilos y temáticas, y comprendiendo
autores de dibujo realista como Ryōichi Ikegami.
Historia
Dos páginas del manga de Hokusai
con una representación de los baños termales.
El manga nace de la combinación de
dos tradiciones: La del arte gráfico japonés, producto de una larga evolución a
partir del siglo XI, y la de la historieta occidental, afianzada en el siglo
XIX. Sólo cristalizaría con los rasgos que hoy conocemos tras
La tradición gráfica japonesa
Las primeras características del
manga pueden encontrarse en el Chōjugiga (dibujos satíricos de animales),
atribuidos a Toba no Sōjō (siglos XI-XII), del que apenas se conservan
actualmente unos escasos ejemplares en blanco y negro.
Durante el período Edo, el ukiyo-e
se desarrolló con vigor, y produjo las primeras narraciones remotamente
comparables a los géneros actuales del manga, que van de la historia y el
erotismo a la comedia y la crítica. Hokusai, una de sus figuras, implantaría el
uso del vocablo manga en uno de sus libros, Hokusai Manga, recopilado a lo
largo del siglo XIX. Otros dibujantes, como Gyonai Kawanabe, se destacaron
también en este período artistico.
La prensa satírica de origen occidental (1862- )
Comparación de Charles Wirgman
(arriba) y Kōtarō Nagahara (abajo) en 1897
Durante el siglo XIX, en plena
transición de la era feudal a la industrializada, los artistas occidentales se
maravillaban del ukiyo-e, gracias a la exótica belleza que transmitía. Con
todo, los inicios del manga moderno se debieron no sólo al esteticismo del arte
del período Edo, sino a la expansión de la influencia cultural europea en
Japón.
Fueron Charles Wirgman y George
Bigot (ambos, críticos de la sociedad japonesa de su tiempo), quienes sentaron
las bases para el desarrollo ulterior del manga. La revista británica Punch
(1841) fue el modelo para la revista The Japan Punch (1862-87) de Wirgman, como
lo había sido antes para otras revistas similares en otros países.
La expansión de las técnicas
historietísticas europeas se tradujo en una producción lenta pero segura por
parte de artistas autóctonos japoneses como Kiyochika Kayashi, Takeo Nagamatsu,
Ippei Okomoto, Ichiro Suzuki y sobre todo Rakuten Kitazawa, cuya historieta
Tagosaku to Mokube na Tokyo Kenbutsu 『田吾作と杢兵衛の東京見物』 es considerada
como el primer manga de la era moderna. Todos ellos oficiaron de pioneros,
difundiendo su obra a través de publicaciones como Tokyo Puck (1905), aunque,
igual que en Europa, el uso de globos de diálogo que ya era habitual en la prensa
estadounidense desde The Yellow Kid (1894) todavía no se había generalizado.
Simultáneamente, desde 1915 se empezó a ensayar la adaptación del manga a la
animación, lo que más tarde devendría en el surgimiento del anime.
Los primeros mangas infantiles (1923)
Manga anónimo (1912-1926).
Los años 1920 y 1930 fueron muy
halagüeños, con la aparición y triunfo del kodomo manga (historietas
infantiles), como Las aventuras de Shochan(1923) de Shousei Oda/Tofujin y Los
Tres Mosqueteros con botas en la cabeza (1930) de Taisei Makino/Suimei Imoto.
Finalmente, el uso de globos de
diálogo se implantaría con series como Speed Taro (1930-33) de Sako Shishido,
Ogon Bat (1930, un primer superhéroe) de Ichiro Suzaki/Takeo Nagamatsu y Las
aventuras de Dankichi (1934), de Keizo Shimada, así como la tira cómica
Fuku-Chan (1936-), de Ryuichi Yokohama.Para entonces, habían surgido
historietas bélicas como Norakuro (1931-41) de Suihou Tagawa, ya que el manga
sufría la influencia de las políticas militaristas que preludiaban
Nacimiento del manga moderno (1945)
Tras su rendición incondicional, Japón
entraría en una nueva era. El entretenimiento emergió como industria
respondiendo a la necesidad psicológica de evasión ante una cruda posguerra. La
falta de recursos de la población en general requería de medios baratos de
entretenimiento, y la industria tokiota de mangas basados en revistas vio
surgir competidores. Apareció así el Kamishibai, una especie de leyendas de
ciego, que recorría los pueblos ofreciendo su espectáculo a cambio de la compra
de caramelos. El Kamishibai no competía con las revistas, pero sí otros dos
nuevos sistemas de distribución centrados en Osaka:
* Las bibliotecas de pago, que llegaron a constituir una red de 30.000
centros de préstamo que producía sus propios mangas en forma de revistas o
tomos de 150 páginas.
* Los libros rojos, tomos de unas doscientas páginas de papel de baja
calidad en blanco y negro, cuyo rasgo característico eran sus portadas en color
rojo y su bajo precio. Esta industria pagaba a sus artistas sueldos próximos a
la miseria, pero a cambio les otorgaba una amplia libertad creativa.
Osamu Tezuka, un estudiante de
medicina veinteañero apasionado de los dibujos animados de Fleischer y Disney,
cambiaría la faz de la historieta nipona con su primer libro rojo: La nueva
isla del tesoro, que vendió de súbito entre 400.000 y 800.000 ejemplares,
gracias a la aplicación a la historia de un estilo cinematográfico que
descomponía los movimientos en varias viñetas y combinaba este dinamismo con
abundantes efectos sonoros.
El éxito de Tezuka lo llevó a las
revistas de Tokio, particularmente a la nueva Manga Shōnen (1947) que fue la
primera revista infantil dedicada en exclusiva al manga, y en la que Tezuka
publicó Astroboy. En estas revistas impuso su esquema de epopeya en forma de
serie de relatos y diversificó su producción en múltiples géneros, de los que
destacan sus adaptaciones literarias y el manga para chicas o shōjo manga. A
mediados de los 50, Tezuka se trasladó a un edificio de la capital llamado
Tokiwasi, al que peregrinarían los nuevos autores. Hay espacio, sin embargo,
para autores como Machiko Hasegawa, creadora de la tira cómica Sazae-san
(1946-74), Kon Shimizu o Shigeru Sugiura con un grafismo muy diferente, nada
disneyano.
Un año después, Shōnen desapareció
y los libros rojos agonizaron. Entre ambos, y por obra de Osamu Tezuka, habían
puesto los pilares de la industria del manga y anime contemporáneos.
El auge del manga (1959-)
Leiji Matsumoto en 2008
El triunfo de las revistas de
manga acabó con el Kamishibai, y muchos de sus autores se refugiaron en el
sistema de bibliotecas. Las revistas de manga eran todas infantiles, y las
bibliotecas encontraron su nicho creando un manga orientado hacia un público
más adulto: el gekiga. Abandonaron el estilo de Disney por otro más realista y
fotográfico y se abrieron a nuevos géneros más violentos, escatológicos o
sensuales como el horror, las historias de samuráis, los mangas sobre yakuzas,
el erotismo, etc. Entre ellos cabe destacar a Sanpei Shirato que en 1964
patrocinaría la única revista underground de la historia del manga, Garo. La
competencia en el terreno gráfico del gekiga obligó a las revistas a reducir la
presencia del texto, aumentando el número de páginas y el tamaño para mejorar
su visión.
Con el comienzo del auge
económico, el pueblo nipón exigía más manga. En respuesta, una de las
principales editoras de libros, Kodansha, se introdujo en 1959 en el mercado de
revistas. Su título Shōnen Magazine cambió la pauta de periodicidad mensual a
semanal, multiplicando la producción e imponiendo a los autores el estajanovismo,
aunque esta vez con sueldos millonarios. Pronto, otros grupos editores como
Shueisha, Shogakukan o Futabasha se le unirían. Este sistema de producción
sacrificaba el color, la calidad del papel y la sofisticación temática,
llevándose también de paso la crítica política, pero aumentaría
vertiginosamente las ventas hasta cifras astronómicas y con ellas los
beneficios empresariales, convirtiendo al manga en el medio de comunicación más
importante del país.
Otros importantes autores de estos
años son Fujio Akatsuka, Tetsuya Chiba, Fujiko F. Fujio, Riyoko Ikeda, Kazuo
Koike, Leiji Matsumoto, Shigeru Mizuki, Gō Nagai, Keiji Nakazawa, Monkey Punch
y Takao Saito.
La expansión internacional (1988-)
En 1988, gracias al éxito de la
versión cinematográfica de Akira, basada en el manga homónimo del dibujante
Katsuhiro Otomo, publicado en 1982 en la revista Young Magazine de la editorial
Kōdansha, el manga empezó a difundirse internaciónalmente a escalas jamás antes
soñadas. Ciertamente, el gran éxito de esta película en Occidente no fue algo
que se forjara de la noche a la mañana. Ya en los años 60, Osamu Tezuka había
vendido los derechos de emisión de su primer Astro Boy a la cadena
estadounidense NBC consiguiendo un éxito bastante notable entre la audiencia
infantil. Posteriormente, se sucedieron las series de animación Mazinger Z,
Great Mazinger o Grendizer, siendo esta última un estallido mediático en
Francia, donde se la conocería como Goldorak. Todas ellas se basaban en las
historietas del mangaka Gō Nagai, actual magnate de un imperio de distribución
editorial. En la década de los 80, empezaron a destacarse series de otra
índole, como The Super Dimension Fortress Macross, conocida en Occidente por
Robotech, la revisión de Osamu Tezuka de Astroboy pero en esta ocasión vuelta a
filmar en color y con aires más modernos. A ésta se sumó la saga épica Gundam,
sólo superada en temporadas y episodios por la serie de animación estadounidense
Los Simpson de Matt Groening.
Otro de los autores más relevantes
en este apogeo mediático de finales de los ochenta y principios de los noventa,
fue el mangaka Akira Toriyama, creador de las famosas series Dragon Ball y Dr.
Slump, ambas caracterizadas por un humor picante, irreverente y absurdo. Tal
fue el éxito de estas dos obras que en algunos países europeos llegaron a
desbancar de las listas de ventas al cómic estadounidense y naciónal durante
bastantes años. Este fenómeno fue más marcado en España, donde Dragon Ball
vendió tantos ejemplares que se la considera la historieta de origen extranjero
más vendida de la historia. En el propio Japón, la revista Shōnen Jump —en
momentos puntuales, especialmente durante algunas semanas que coincidía con
episodios decisivos de la serie Dragon Ball— llegó a aumentar su tirada semanal
en 6 millones de ejemplares.
Otros importantes autores de estos
años son Tsukasa Hojo, Ryōichi Ikegami, Masakazu Katsura, Masamune Shirow, Yuzo
Takada, Rumiko Takahashi, Jirō Taniguchi o Masashi Kishimoto.
Exportaciones
Cuando se comenzaron a traducir
algunos títulos de manga, se les añadía color y se invertía el formato en un
proceso conocido como "flopping" para que pudieran ser leídos a la
manera occidental, es decir de izquierda a derecha. Sin embargo, varios
creadores (como Akira Toriyama), no aprobaron que sus trabajos fueran
modificados de esa forma, y exigieron que mantuvieran el formato original.
Pronto, como consecuencia de la demanda de los fanáticos y la exigencia de los
creadores, la mayoría de las editoriales comenzó a ofrecer el formato original
de derecha a izquierda, que ha llegado a convertirse en un estándar para los
lectores de manga fuera de Japón. También es frecuente que las traducciones
incluyan notas de detalles acerca de la cultura del Japón que no resultan
familiares a las audiencias extranjeras y que facilitan el entendimiento de las
publicaciones.
Cantidad de mangas han sido
traducidos a un sinnúmero de idiomas y vendidos en diferentes países e incluso
han surgido grandes casas editoriales fuera de Japón como la estadounidense VIZ
Media y la francesa Glénat. Los mercados que importan más manga son Francia
(siendo este país el segundo del mundo en edición de cómics de origen japonés
por detrás solamente del mismo Japón), los Estados Unidos, España y el Reino
Unido. La mayor parte de las traducciones al castellano del manga se hacen en México.
Francia sobresale por poseer un
mercado sumamente variado a lo que manga se refiere. Muchos trabajos publicados
en Francia caen en géneros que usualmente no tienen mucho mercado en otros
países fuera de Japón, como el drama orientado a adultos o los trabajos
experimentales y alternativos. Artistas como Jiro Taniguchi que resultaban
desconocido para la mayor parte de los países occidentales ha recibido mucho
predicamiento en Francia. La diversidad de manga en Francia se debe en gran
parte a que este país tiene un mercado de historietas conocido como
franco-belga muy bien establecido.
La compañía TOKYOPOP, se ha dado a
conocer en los Estados Unidos acreditándose el auge en ventas de manga,
particularmente para un público de chicas adolescentes. Muchos críticos
coinciden en que sus publicaciones agresivas hacen énfasis en la cantidad sobre
la calidad siendo responsables de algunas traducciones que aparentan baja
calidad.
Aunque el mercado de historietas
en Alemania resulta pequeño en comparación con otros países de Europa, el manga
ha favorecido cierto auge de las mismas. Luego de un imprevisto comienzo
temprano en los años 1990, el movimiento manga tomo velocidad con la
publicación de Dragon Ball en 1997. Hoy, el manga mantiene un
La compañía Chuang Yi publica
manga en inglés y chino en Singapur; algunos de los títulos de Chuang Yi son
importados a Australia y Nueva Zelanda.
En Corea, se puede encontrar manga
en la mayoría de las librerías. Sin embargo, es común la práctica de leer manga
"en línea" ya que resulta más económico que una versión impresa.
Casas editoriales como Daiwon y Seoul Munhwasa publican la mayor parte del
manga en Corea.
En Tailandia antes de 1992-1995 la
mayoría del manga disponible salía de forma rápida, sin licencia, de baja
calidad. Recientemente, las traducciones licenciadas han comenzado a aparecer,
pero continúan siendo baratas comparadas con otros países. Entre las
editoriales de manga en Tailandia se encuentran Vibunkij, Siam Inter Comics,
Nation Edutainment y Bongkouh.
En Indonesia, se ha producido un
crecimiento rápido en las industrias de este tipo, hasta convertidrse en uno de
los mercados más grandes de manga fuera de Japón. El manga en Indonesia es
publicado por Elex Media Komputindo, Acolyte, Gramedia.
Otra forma de distribución muy
popular del manga fuera de Japón es a través del Internet. Lo más común es que
un reducido grupo de personas digitalice la versión original editando los
cuadros de texto y traduciéndolos, para posteriormente distribuirlo libremente,
usualmente por medios como el IRC o programas P2P como BitTorrent o Emule. Este
proceso de traducción se conoce como scanlation (del inglés scan: escanear; y
translation: traducción). La mayoría de estos grupos se conocen como fansubs, y
justifican sus acciónes con peticiones para que las personas no distribuyan sus
archivos y compren las copias originales cuando sus proyectos sean licenciados.
Influencia fuera de Japón
La influencia del manga es muy
destacable en la industria de historietas original de casi todos los países del
Extremo Oriente e Indonesia. Al día de hoy el manga también se ha consolidado
en la sociedad occidental debido al éxito cosechado durante las décadas
pasadas, dejando de ser algo exclusivo de un país para constituirse en un
fenómeno comercial y cultural global, en competencia directa con la hegemonía
narrativa estadounidense y europea.
El ejemplo más claro de la
influencia internaciónal del manga se encuentra en el denominado amerimanga, es
decir, el conjunto de artistas fuera del Japón que han creado historietas bajo
la influencia del manga y el anime japonés pero para un público de habla
inglesa. Y es que el manga se ha vuelto tan popular que muchas compañías fuera
del Japón han lanzado sus propios títulos basados en el manga como Antarctic
Press, Oni Press, Seven Seas Entertainment, TOKYOPOP e incluso Archie Comics
que mantienen el mismo tipo de historia y estilo que los mangas originales. El
primero de estos títulos salió al mercado en 1985 cuando Benn Dunn, fundador de
Antartic Press, lanzó Magazine y Ninja High School. Artistas como los
estadounidenses Brian Wood (Demo) y Becky Cloonan así como el canadiense Bryan
Lee O'Malley (Lost At Sea) están en gran parte influenciados por el estilo de
manga comercial y han sido alabados por sus trabajos fuera del círculo de
fanáticos de manga y anime.
Mientras que Antarctic Press se
refería a sus trabajos como "amerimanga", no todos estos trabajos
inspirados en el manga son creados por estadounidenses. Muchos de estos
artistas que trabajan en Seven Seas Entertainment en series como Last Hope o
Amazing Agent Luna son de origen filipino y TOKYOPOP tiene una gran variedad de
artistas coreanos y japoneses en algunos de sus títulos como Warcraft y
Princesa Ai.
Otros artistas estadounidenses con
influencia del manga en algunas de sus obras son Frank Miller, Scott McCloud y
sobre todo Paul Pop. Este último trabajó en Japón para Kodansha en la antología
de manga Afternoon y luego de ser despedido (debido a un cambio editorial en
Kodansha) continuó con las ideas que había desarrollado para la antología,
publicando en los Estados Unidos bajo el nombre de Heavy Liquid. Su trabajo
contiene, por tanto, una gran influencia del manga sin las influencias
internaciónales de la cultura otaku. En el otro sentido, la editorial
estadounidense Marvel Comics llegó a contratar al mangaka japonés Kia Asamiya
para una de sus series bandera, Uncanny X-Men.
En Francia existe el movimiento
llamado "La nouvelle manga" iniciado por Frédéric Boilet, que trata
de combinar la sofisticación madura del manga con el estilo artístico de las
historietas franco-belgas. Mientras que el movimiento envuelve a artistas japoneses,
un puñado de artistas franceses han adoptado la idea de Boilet.
En España, y en el resto de Europa
de hecho se está desarrolando actualmente a marchas forzadas los
"mangakas" españoles. De hecho editoriales extranjeras están buscando
a mangakas españoles para la publicación de mangas en sus respectivos países.
Ejemplos como Sebastián Riera, Desireé Martínez, Studio Kôsen, y muchos otros
están consiguiendo poco a poco posicionar este nuevo manga, llamado Iberomanga,
o Euromanga, cuando engloba a los autores que se están dando a conocer en
Europa. Además, existen muchos artistas aficionados que son influidos
exclusivamente por el estilo del manga. Muchos de estos artistas se han vuelto
muy populares haciendo pequeñas publicaciones de historietas y mangas
utilizando mayormente Internet para dar a conocer sus trabajos.
Sin embargo, lo más importante de
todo es que gracias a la irrupción del manga en Occidente, la población juvenil
de estas regiones ha vuelto a interesarse masivamente por
La industria del manga
Tienda manga en Japón
El manga en Japón es un auténtico
fenómeno de masas. Un único dato sirve para ilustrar la magnitud de este
fenómeno: En 1989, el 38% de todos los libros y revistas publicados en Japón
eran de manga.
Publicaciones
Y en cuanto a las revistas de
manga, conocidas también como "revistas manga" o "revistas antológicas",
hay que decir que sus tiradas son espectaculares: Al menos diez de ellas pasan
del millón de ejemplares semanales. Shōnen Jump es la revista más vendida, con
6 millones de ejemplares cada semana. Shōnen Magazine le sigue con 4 millones.
Otras conocidas revistas de manga son Big Comic Original, Shōnen Sunday, Ribon,
Nakayoshi, Young Animal, Shojo Beat y Lala.
Las revistas de manga son
publicaciones semanales o mensuales de entre 200 y 900 páginas en las que
concurren muchas series distintas que constan a su vez de entre
Si las series mangas resultan ser
exitosas se publican durante varios años. Sus capítulos pueden ser recogidos en
tomos de unas 200 páginas conocidos como tankōbon, que recopilan 10 u 11
capítulos que aparecieron antes en revista. El papel y las tintas son de mejor
calidad, y quien haya sido atraído por una historia concreta de la revista la
comprará cuando salga a la venta en forma de tankōbon. Recientemente han sido
impresas versiones "de lujo" para aquellos lectores que buscan un
impreso de mayor calidad y que buscan algo especial.
De forma orientativa, las revistas
cuestan en torno a 200 o 300 yenes (algo menos de 2 o 3 euros) y los tankōbon
cuestan unos 400 yenes (3,50 euros).
Otra variante que ha surgido por
la proliferación del intercambio de archivos a través del Internet es el
formato digital que permite la lectura en un computador o similar;
denominándose e-comic. Los formatos más comúnmente usados para ello son el .cbr
y .cbz, que realmente son archivos comprimidos (en rar y en zip,
respectivamente) con imágenes en formatos comunes (jpeg y gif sobre todo) en su
interior. También se suelen distribuir como imágenes sueltas o también en
formato pdf o lit.
Tipología
Segmento de población
Es habitual que los aficionados al
manga, en lugar de usar clasificaciones por género, clasifiquen las historietas
en función del segmento de población al que se dirigen. Para ello usan términos
nipones como los siguientes:
* Kodomo manga, dirigido a niños pequeños;
* Shōnen manga, a chicos adolescentes;
* Shōjo manga, a chicas adolescentes;
* Seinen manga, a hombres jóvenes y adultos.
* Josei manga, a mujeres jóvenes y adultas.
Géneros
Artículo principal: Géneros de
historieta
La clasificación de los mangas por
género se vuelve extremadamente ardua, dada la riqueza de la producción nipona,
en la que una misma serie puede abarcar varios géneros y mutar además a lo
largo del tiempo. De ahí que la clasificación por segmento de población sea
mucho más frecuente. El aficionado occidental al manga usa, sin embargo,
algunos términos nipones que permiten designar a algunos de los subgéneros -que
no géneros- más específicos, y que no tienen un equivalente preciso en
castellano. Son los siguientes:
* Mahō Shōjo: Niñas o chicas que tienen algún objeto mágico o poder
especial.
* Yuri: Historia de amor entre chicas.
* Yaoi: Historia de amor entre chicos.
* Harem: Grupo femenino, pero con algún chico como co-protagonista.
* Sentai o Super Sentai: La acción se reparte entre 3-5 protagonistas.
* Mecha: Robots gigantes.
* Jidaimono: Ambientado en el Japón feudal.